Reflexión de Jueves Santo

1 de abril 2021

Institución de la Cena del Señor

12 El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, cuando sacrificaban el cordero de la pascua, sus discípulos le dijeron: ¿Dónde quieres que vayamos a preparar para que comas la pascua?

13 Y envió dos de sus discípulos, y les dijo: Id a la ciudad, y os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle,

14 y donde entrare, decid al señor de la casa: El Maestro dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos?

15 Y él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad para nosotros allí.

16 Fueron sus discípulos y entraron en la ciudad, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua.

Marcos 14: 12-16

 

¿Cómo podemos conservar la confianza sabiendo el doloroso camino que nos llevará a la victoria?

En esa semana que todos iban a Jerusalén a presentarse al Templo, a honrar a Jehová y llevar sus ofrendas, Jesús también lo hizo y causó revolución por todo lo que conocemos por los textos bíblicos. Pero lo que me impresiona es como Jesús conserva la calma y tranquilidad sabiendo lo que se le venía, ¡ÉL CONFIABA EN EL PADRE!

Hemos organizado comidas o fiestas y sabemos los preparativos, y el trabajo que lleva. El Evangelio de Marcos nos hace un relato de como Jesús estuvo en todos los detalles de esa Última Cena, como todo estaba puesto para que saliera bien organizada, que todos los invitados se sintieran cómodos para tener una despedida acorde a la amistad que tenían y celebrar esos años juntos.

Él hizo de esa celebración algo único y agradable, todos los que estaban presente comieron del cordero asado, las hierbas amargas, el pan sin levadura y compartieron la copa, recordaron a los antepasados y sus vivencias en distintas circunstancia que fueron por momentos buenas y por momentos malas.

Lo que pasó después era y es cuestión del compromiso y fe que cada uno haya guardado en su corazón y entendimiento. Como Jesús miraba a cada uno de sus discípulos y conocía sus corazones y de igual manera cumplió todos los rituales de la cena que se celebraba en el Pesaj.

Aun así Jesús continuaba firme, seguro y entregado a la misión a la que vino a la tierra. Para nosotros esta actitud de Jesús debe ser un ejemplo, ante la primera prueba, no perder la confianza, mantener la fe, la esperanza, y el amor hasta el final, porque la recompensa llega cuando nos mantenemos firme en quien confiamos.

En nuestras reuniones familiares o en las reuniones fraternales de la iglesia, tiene que quedar en la memoria de los presentes, como fueron atendidos, el sabor de una rica comida y la relación de unos con otros, pero más aún, deben recordar lo atento y agradable que fue su anfitrión. Jesús fue ese anfitrión en esa Cena de Pascua porque su corazón estaba lleno de amor; y no perdió nunca la confianza en quien lo envió. Estaba seguro que el Padre no lo abandonaría y que el Domingo de Resurrección llegará la victoria.

Que este Jueves Santo nos ayude a afirmar que nuestra confianza está en el Padre, y que al igual que Jesús, quien conocía el doloroso camino al cual se enfrentaba, mantengamos la esperanza y la fe que nuestro Dios nos dará la victoria en este momento de mucho dolor para la humanidad.

 


Pastora Nancy Teodoro

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