Tiempo de Adviento

Domingo 27 de noviembre

INICIAMOS EL TIEMPO DE ADVIENTO

El año litúrgico comienza con el tiempo del adviento, término que significa advenimiento o hacia la venida; procede del verbo venir. En el lenguaje religioso pagano, adventus indicaba la venida periódica de Dios y su presencia teofánica en el templo. Es, pues, retorno o aniversario. Desde el punto de vista cristiano, adventus era la última venida del Señor, al final de los tiempos. Pero al aparecer las fiestas de la navidad y la epifanía, significó también la venida de Jesús en la humildad de la carne. Estas dos venidas (la de Belén y la última) se consideran como una única venida, desdoblada en dos etapas. Esta doble dimensión de espera caracteriza todo el adviento.

Adviento es el tiempo litúrgico que precede, como preparación, a la fiesta de navidad. Nació en el siglo IV con tres semanas de duración, a imitación de la cuaresma, o de las tres semanas de preparación pascual, exigidas por el catecumenado. La duración del adviento variaba, según las iglesias, entre tres y seis semanas. Se caracterizó en unos sitios por la penitencia (las Galias) y en otros por la alegría (Roma). En todo caso, el aspecto de la espera prevaleció sobre el de la preparación.

Casiano Floristán, en Diccionario abreviado de pastoral, Verbo Divino, España, 1999, ver Adviento.

 

Adviento y liturgia

La espiritualidad del Adviento combina dos grandes temas: la preparación para celebrar el nacimiento de Cristo –primera venida– y la espera de su venida gloriosa al final de los tiempos.

(Augé 1996)

 

El adviento anuncia la tensión entre el ya de la salvación cumplida en Cristo y el todavía no de la manifestación plena de la salvación. La espera del tiempo nuevo no es una actitud pasiva. Esperamos el mundo nuevo preparando las condiciones para su alumbramiento. La esperanza escatológica se alimenta de las acciones concretas que cristianos y cristianas realizan para anticipar ese mundo justo y fraterno que soñamos. Es por esta razón que el Adviento también apunta hacia el carácter misionero de la Iglesia. En tanto celebra la primera venida de Cristo y aguarda su regreso, la iglesia actúa.

(Amós López)

 

Escenario y ambientación para todo el ciclo

El Adviento comienza cuatro domingos antes de Navidad. Una de las tradiciones más conocidas, originada posiblemente en Escandinavia, es la CORONA DE ADVIENTO. Ramas verdes unidas en círculo, cuatro velas moradas o violetas y una blanca en el medio. El verde, símbolo de vida unido en círculo nos hace pensar en la vida eterna, la vida que no se acaba. El morado (o violeta), tradicionalmente ha sido referido a la espera, al tiempo preparatorio. El blanco, la pureza, directamente relacionado con el niño de Belén.

Laura D’Angiola y Pastor Guido Bello (Iglesia Metodista de Temperley, Argentina).

 

¡Atención! ¡Se Espera con Esperanza!

¡¡Atención!!
¡Se Espera con Esperanza,
a la Esperanza que Espera,
señales que la alimenten,
la dejen crecer y florecer…!
Se espera con esperanza
a la Esperanza que espera

Ser alimento de vida,
dando la fuerza que anima,
ayudando a renacer.
Se espera con esperanza
a la Esperanza que espera

Amanecer en cada Ser
al soñar un mundo nuevo
esperando a ¡Emanuel!
Se espera con esperanza
a la Esperanza que espera

Festejar el nacimiento
del Niño que trae la vida
y nos hace amanecer.

¡¡Esperemos en la Esperanza de Ser, a la Esperanza que Espera,
la celebración de la VIDA
¡Dios con nosotros! Emmanuel!!

Pastora Inés Simeone,
Uruguay

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