Mayo nos recuerda la experiencia de fe de Wesley

Mayo, Mes Del Metodismo

Este mes se recuerda en todo el mundo metodista la experiencia individual de fe de Juan Wesley.

La experiencia de fe de Juan Wesley fue una experiencia que le cambió la vida y le dio una “chispa” al movimiento que “venía naciendo” desde hacía muchos años.

Recordemos que según las palabras del propio Juan Wesley en una obra escrita al final de su ministerio:

El primer nacimiento del metodismo, así llamado, fue en noviembre de 1729 cuando cuatro de nosotros nos reunimos en Oxford;

El segundo fue en Savannah, abril de 1736, cuando veinte o treinta personas se reunieron en mi casa;

El último fue en Londres, el 1º de mayo de 1738, cuando cuarenta o cincuenta de nosotros empezamos a reunirnos todos los miércoles al atardecer para conversar libremente empezando y terminando con canciones y oraciones.

 

Como se puede observar, los tres nacimientos del movimiento son comunitarios. Esto es, se realizan desde la reunión de personas para – a partir de su fe – orar y conversar. Obviamente que esto es parte, también, de todo el proceso de conversión personal por el cual Wesley pasó (incluida la experiencia del 24 de mayo en Albergaste).

Inmediatamente después de su nuevo nacimiento, Wesley se lanzó a la tarea de evangelizar a toda la nación. Él escribió:

«Quiero reformar a la nación; particularmente a la iglesia, y quiero esparcir una santidad espiritual sobre todo el país».

¡Qué grandioso objetivo! Aparentemente, sin embargo, era un plan imposible, pero nunca se dio por vencido.

En otra ocasión afirmó:

«Tengo un solo punto de vista, el promover en cuanto me sea posible una religión vital, práctica, y por la gracia de Dios preservar e incrementar su vida en el alma de la gente».

Wesley era incansable.  Cubrió unos 400.000 kilómetros, distancia semejante a 10 vueltas del globo por el Ecuador, la mayor parte a caballo. Bajo lluvias torrenciales, en los inclementes inviernos británicos con nieve y escarcha, una tremenda potencia interna lo llevaba siempre adelante. Predicó 40.000 sermones y escribió más de 200 libros, muchos de ellos al marchar sobre su caballo. (fuente: “Juan Wesley: ¡Gran Evangelista!)

En el sermón “El casi cristiano”, predicado en la iglesia de Santa María, ante la universidad de Oxford, el 25 de julio de 1741, aclara lo que significa ser casi cristiano y después lo que es ser cristiano por completo.

 

¿Qué significa ser casi cristiano?

“El ser casi cristiano” implica:

  1. no ser injustos
  2. no robar ni hurtar los bienes de su vecino
  3. no oprimir a los pobres
  4. no cometer extorsión alguna
  5. no privarle a nadie de sus derechos
  6. no deber nada a nadie
  7. rendirle tributo a la verdad y la justicia
  8. ejercer cierta caridad y auxilio… incluyendo el darle comida al hambriento – si sobraba, vestir al desnudo con la ropa que no se necesita…
  9. otra característica del casi cristiano es la apariencia de piedad, de esa piedad que se prescribe en el evangelio de Cristo, esto es: no se hace nada que el evangelio prohíba…
  10. los casi cristianos también evitan los vicios, los abusos, la glotonería. Evitan, en la medida de lo posible, toda disputa y contienda, constantemente procurando vivir en paz con todos. Si sufre injusticia, no se venga, ni devuelve mal por mal. No es murmurador, ni pendenciero, ni se burla de las faltas o debilidades de su prójimo. No lastima, ni hiere, ni comete injusticia contra nadie a propósito.
  11. Trabaja y sufre en bien de muchos…reprende a los malos, instruye a los ignorantes, fortifica a los que vacilan, anima a los buenos y consuela a los afligidos.
  12. Busca despertar a los que duermen y guiar a los que Dios y ha despertado…
  13. Constantemente se acerca a la casa de Dios, y no como algunos que se presentan…cargados de oro y joyería, con vestidos relucientes de vanidad…
  14. A todo esto le añadimos el uso constante de la oración con la familia…y a consagrar ciertos momentos del día a la comunión con Dios en lo privado

 

El ser casi cristiano implica necesariamente el ser sincero, tener un verdadero deseo de servir a Dios, un firme propósito de hacer su voluntad…

Por muchos años –dice Wesley –  llegué hasta este punto…hui de todo mal, tratando de tener una conciencia limpia, redimiendo el tiempo, aprovechando toda oportunidad de hacer bien a todos, constante y celosamente usando de todos los medios de gracia, tanto públicos como privados, buscando una conducta firme y seria en todo tiempo y lugar. Y testigo me es Dios…de que hacia todo esto sinceramente…sin embargo, mi propia conciencia, por el Espíritu Santo, me es testigo de que durante todo ese tiempo no era yo sino casi cristiano.

 

¿Qué otra cosa se requiere, además de todo esto, para ser completamente cristiano?

  1. En primer lugar, amar a Dios, porque así dice la Palabra: “…amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas…”
  2. En segundo lugar, el amor al prójimo: “… amarás a tu prójimo como a ti mismo…” ¿Quién es el prójimo? Toda persona en este mundo…no podemos en modo alguno exceptuar a nuestros enemigos, ni a los enemigos de Dios y de sus propias almas…todo cristiano ama a los tales como a sí mismo, “…así como Cristo los amó. ·
  3. Hay todavía una cosa más que se requiere para ser completamente cristiano…se trata del fundamento de la fe…que no puede separarse del amor de Dios ni del amor al prójimo, pues está implícita  en el ser cristiano por entero…
  4. En esto, que nadie engañe a su propia alma. Ha de notarse “...que la fe que no produce arrepentimiento, amor y buenas obras…”no es la fe viva y verdadera de que hablamos aquí, “sino una fe muerta y diabólica…”
  5. …la correcta y verdadera fe cristiana no consiste sólo en creer que las Sagradas Escrituras y los Artículos de Fe dicen verdad, sino también tener en una plena seguridad y completa certeza de que Cristo nos salva  de la condenación eterna”
  6. La confianza y seguridad de que ser salvo por Cristo “purifica” el corazón (mediante el poder de Dios que mora en él) de la soberbia, de la ira… Y por otra parte lo llena de un amor hacia Dios y toda la humanidad. Amor que nos hace vivos para hacer las obras de Dios en pro de todos…
  7. Empero, ¿quiénes son los testigos vivientes de estas cosas? Les ruego hermanos y hermanas que cada uno, cada una, se pregunte en su propio corazón…
  8. ¿No tienen muchos de ustedes la conciencia de nunca haber llegado tan lejos? ¿De no haber llegado siquiera a la medida de ser casi cristianos? ¿O al menos de no haber alcanzado la forma externa de la piedad cristiana?
  9. Pero aun suponiendo que lo hayas hecho, ¿bastará con los buenos propósitos y los buenos deseos para ser cristiano? Ciertamente no, si no se ponen en práctica…nos queda todavía pendiente la gran pregunta: ¿Está tu corazón lleno del amor de Dios? …¿es Dios todo tu deseo?… ¿Amas al prójimo como a ti mismo?  ¿Amas a todos como a tu propia alma, inclusive a tus enemigos y hasta los enemigos de Dios? ¿les amas como Dios te amó?
  10. El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que está ahora en medio de nosotros, sabe que si alguien muere sin esta fe y este amor, mejor le seria no haber nacido. Despiértate entonces tú que duermes, y clama a tu Dios…
  11. ¡Quiera Dios que todos los que aquí estamos llegamos a saber lo que es ser, no ya casi, sino completamente cristiano!

 

El tema de la fe encarnada, sentida (desde el corazón) y vivida que lleva a una teología práctica en el medio de la realidad cultural y social del momento histórico en que se está, es fundamento en el pensamiento wesleyano.

La fe que conduce a una nueva vida en lo personal y en lo comunitario lleva a una constante (día a día) lucha por alcanzar la perfección cristiana – en nuestro tiempo y lugar… La re-lectura a partir del hoy nos hace preguntarnos:

  • ¿Cómo podemos darle vida a nuestra iglesia hoy?
  • ¿Un nuevo movimiento es posible?
  • ¿es posible “la chispa” sin considerar nuestro tiempo y lugar?
  • ¿nuestros problemas (de hoy) son similares a los problemas que enfrentó el movimiento naciente?

 

Claro que había problemas de interpretación y vínculos en el liderazgo y entre grupos. Muchas cartas y observaciones de los diarios personales reflejan eso. La posición – firme- de Wesley de respetar las diferencias se notó en muchas de sus palabras escritas.

Contamos también con un pacto firmado por un pequeño grupo que nos indica que los primeros metodistas también enfrentaron las murmuraciones y los juicios irresponsables, el pacto firmado por ellos lo confirma y convoca a cambiar de actitud.

 

Pacto

En 1752 un grupo de personas, llamadas metodistas, entre los cuales estaba Juan Wesley, firmó el siguiente pacto, que cada una colgó en la pared de su oficina:

Queda establecido entre nosotros, los que firmamos este documento:

Que no escucharemos, ni buscaremos saber de más informaciones los unos de los otros;

Que en el caso de que escuchemos algún mal unos de los otros, no nos apuraremos en creerlo;

Que ni bien sea posible, nos comunicaremos oralmente o por escrito con la parte acusada para compartir lo que oímos;

Que mientras no hagamos eso, no le contaremos a cualquier otra persona una sola sílaba de lo que escuchamos;

Que tampoco lo contaremos después de aclarado el tema;

Que no haremos excepción de ninguna de estas reglas a no ser que nos veamos absolutamente obligados, en reunión del grupo, a hacerlo.

 

por: Pastora Inés Simeone

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