100 años del movimiento evangélico femenino

100 AÑOS

LAS RAÍCES PROFUNDAS PRODUCEN BUENOS FRUTOS

Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio buena cosecha.
Mateo 13:8

Las primeras tres décadas del Uruguay del siglo XX son las del denominado batllismo, por la figura de José Batlle y Ordoñez, dos veces Presidente, de 1903 a 1907 y de 1911 a 1915, aunque su influencia se extendió mucho más allá de esos períodos.

En el plano social se producen importantes avances en la educación y la salud. En lo laboral, las leyes limitaron la jornada a 8 horas y establecieron el descanso semanal obligatorio. La inmigración trajo no solo brazos para trabajar, sino ideas, entre ellas las anarquistas. Estos inmigrantes, hombres y mujeres, van a incidir en la cultura y la política del país.

Si bien se fueron presentando proyectos de ley para mejorar la condición de los obreros, las huelgas de los trabajadores no estuvieron ausentes en estas décadas. También se aprobaron leyes que permitieron el divorcio, así en 1907 por causales y, en 1913 por la sola voluntad de la mujer.

Para las mujeres el nuevo siglo trajo otras oportunidades. En 1908 se recibe de Médica, Paulina Luisi Janicki, la primera mujer en recibir un título universitario en el país.

Se dice que en cierta ocasión Paulina afirmó:

En este país, que sin embargo es el mío, carezco de la autoridad requerida para hablar de asuntos serios, científicos o sociales, porque la pícara naturaleza no me concedió el privilegio de pertenecer al sexo masculino.

Esas palabras son una muestra de la condición de la mujer por esos años. El Código Civil sancionaba la inferioridad jurídica del sexo femenino.

En 1911, Clotilde Luisi, hermana de Paulina, será la primera mujer en obtener el título en la Facultad de Derecho. El ejemplo de las Luisi será seguido por otras.

El adelanto moral, intelectual, social y humanitario de las mujeres y los niños, así como el derecho al voto de las mujeres, eran temas muy presentes, no solo en Uruguay, sino también en diversas partes del mundo. Con esos fines, Paulina Luisi fundó el Consejo Nacional de Mujeres, en 1916, asociado al Consejo Internacional de Mujeres, y la Alianza Uruguaya por el Sufragio de Mujeres, en 1919, afiliada a dos organizaciones, por un lado, la Alianza Internacional por el Sufragio Femenino y por otro, al Consejo Internacional de la Mujer. En 1912 se crea la Sección de Enseñanza Secundaria y Preparatoria para Mujeres, conocida como la Universidad de las Mujeres. Allí podían seguir su enseñanza, aquellas cuyos padres ponían objeciones a que se juntaran con los varones en el estudio.

La Constitución de 1917 consagra la separación absoluta entre la Iglesia y el Estado, dando fin a un largo proceso de secularización. Además de la Iglesia Católica Romana, estaban establecidas en el país otras iglesias protestantes o evangélicas, desde el siglo XIX, entre ellas la Iglesia Metodista Episcopal, sumándose otras en el siglo XX.

¿Qué hacían las mujeres metodistas entonces? En distintos departamentos del país, en donde había una congregación metodista, las mujeres de diferentes edades y estratos sociales, muchas veces inmigrantes o hijas de inmigrantes, encontraban amistades y formaban familias dentro del ámbito eclesial.

Se juntaban en comisiones y sociedades de beneficencia y hasta inauguraban Bazares, una especie de kermesse, con el fin de recaudar fondos para sus actividades. En esas organizaciones, las mujeres ejercían en la práctica, un derecho de asociación del que carecían jurídicamente. Elegían autoridades, formaban comisiones, manejaban dinero y posiblemente, tomaban decisiones sobre cómo gastarlo.

Por eso, para ellas, la Iglesia Metodista constituyó, además del lugar en el cual compartir su fe, el sitio donde hacer sociabilidad, aunar esperanzas, brindar sus capacidades y sentirse útiles. Allí aprendieron a levantar un acta, llevar un libro de tesorería, presentar temas, idear programas y proyectos de trabajo, llevándolos a cabo.

A ese Uruguay de cambios, adelantos y dificultades llegó el matrimonio de Juana Rodríguez y Enrique Balloch en 1921. La Iglesia Metodista Episcopal, en Argentina y Uruguay era una sola.

Balloch había sido designado Pastor para la congregación de Central, en Montevideo.

Matrimonio de Juana Rodríguez y Enrique Balloch. En 1921 llegan a la Iglesia Metodista Episcopal

 

 

La Liga Femenina Evangélica del Uruguay, años más tarde denominada Liga Uruguaya de Mujeres Evangélicas,  (LUME).

Juana Rodríguez venía con la resolución de formar una Liga con las mujeres evangélicas de diversas denominaciones, siguiendo el ejemplo de la constituída en Argentina.

Por el mes de mayo de 1921 se anunció la visita del Obispo metodista William Oldham y su esposa Mary, quien era la líder de la Liga de Mujeres Evangélicas de Argentina. Se pensó que ese sería el momento apropiado para constituir la de Uruguay.

Sin embargo, Mary Oldham no puedo venir. Como si fuera poco, Juanita Rodríguez estaba enferma. Pero, no se debía desperdiciar la oportunidad. Por eso, Juanita le pidió a su esposo que, junto con el Obispo Oldham, reunieran a las señoras de la congregación de Central y se pudiera empezar a concretar esa obra femenina tan anhelada. Así se hizo y quedaron nombradas las señoras Margarita A. de Ochotorena, Ana María Puente de Etchebarne y Raquel P. de Ingold para formar una Comisión Provisoria.

Después de haber arreglado allí mismo una segunda reunión para el 4 de junio, se separaron las concurrentes entusiasmadas y con el deseo de tratar de servir mejor al Maestro, por medio de la unión que les daría la sociedad que iban a formar, en la que se aunarían ideales y esfuerzos.

A los pocos días, Juanita les presentó el Estatuto de la Liga Argentina como modelo, para dar inicio a la organización. Entonces comenzaron las reuniones los viernes, cada quince días. Integraban la primera Comisión la Sra Pérez de Israel, del Ejército de Salvación y Jane Batterson, esposa del misionero metodista quien era el Director de la Academia Norteamericana de Varones.

Por largo tiempo se reunieron en el Salón MacCabe, del edificio de Central, en los rincones del fondo. Mucho costó conseguir que otras denominaciones se interesaran. Participaron mujeres del Ejército de Salvación, bautistas, de los Hermanos, adventistas, metodistas. En todos los casos fueron personas que pertenecían a esas denominaciones, pero no las iglesias, según recordaba Juanita Rodríguez.

Durante varios años se realizaron diversas actividades: cenas, canto, representaciones e incluso conferencias como la del Pastor Balloch, en el Salón de Actos de la Universidad.

En 1931 se creó una beca para estudios en el Instituto de Obreras Cristianas de Buenos Aires. La primera que se benefició fue Eneida Geymonat, de la Iglesia Valdense, quien llegaría a ser una líder en el Servicio Interamericano de la Salud.

Entre las labores de acción social, la Liga Femenina confeccionó tricotas, medias y bufandas para el leprosario de Montevideo.

En lo relativo a la ayuda a las personas enfermas de lepra, en 1932 la Liga recibió una donación de parte de The American Mission to Lepers, con sede en diversos países, entre ellos Buenos Aires, Argentina.

Con ese dinero se compró mucha lana y “todas las señoras y señoritas trabajaron con verdadero amor para este reparto”. También contribuyeron con dulces y tortas caseras, revistas y juegos de entretenimiento.

Un gesto público fue la entrega de una Biblia que la Liga obsequió al Presidente de la República, el Ingeniero José Serrato. En esa ocasión representaron a la Liga Ana María Puente de Etchebarne, Cira Eguía de De Vicente y Juanita Rodríguez de Balloch.

Todos los años trataron de enviar una delegada fraternal al Congreso de la Liga en Argentina, y siempre invitaron a dicha organización a enviar la suya al Congreso de la Liga en Uruguay.

Y así la semilla cayó en buena tierra.

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(Datos tomados de las Memorias de Juanita Rodríguez de Balloch. Archivo José Alberto Piquinela, de la Iglesia Metodista en el Uruguay).


BIBLIOGRAFÍA

BARRÁN, José Pedro y NAHUM, Benjamín
Batlle, los estancieros y el Imperio Británico Montevideo, Ediciones de la Banda Oriental, Tomo 1, 2ª Edición, 1990, Tomo II s/d
BARRÁN, José Pedro
Intimidad Divorcio y Nueva Moral en el Uruguay del Novecientos Montevideo, Ediciones de la Banda Oriental, 2008.
CUADRO CAWEN, Inés
Feminismos y política en el Uruguay del Novecientos.
Internacionalismo, culturas políticas e identidades de género (1906-1932), Montevideo,
Asociación Uruguaya de Historiadores, 2018.

Categorías: Historia